• Le creas aún cuando te resulte difícil imaginar que alguien se haya comportado de forma abusiva. Si conoces a esa persona, es probable que esta te esté mostrando una cara muy distinta a la que vio su víctima.

• Trates su situación seriamente. La violencia sexual puede causar daños físicos y emocionales permanentes. No desestimes el impacto que pudo haber tenido esta experiencia en la persona que escuchas.

• La escuches sin interrumpirla, sin darle consejos ni juzgarla. Puede ser difícil para ti, pero es mucho más difícil para ella hablar de la experiencia de violencia. 

• Le ofrezcas tu apoyo emocional. Reconoce el daño, valida sus sentimientos y emociones como normales, acepta su sufrimiento. Si sientes que es apropiado, puedes decir “siento mucho que esto te haya pasado”. Sin embargo, si lo haces debe ser para mostrar tu disposición para ayudarla, y no para cambiar de tema ni por lástima.

• Si sientes ganas de abrazarla, pregúntale si lo puedes hacer. No asumas que ella quiere o que no.

• Respeta su derecho a tomar sus propias decisiones, aunque no estés de acuerdo con ellas. Respeta sus valores y creencias culturales y religiosas. Respeta a la persona sin pobretearla.

• Infórmala sobre los servicios disponibles y pregúntale si quiere compañía cuando tenga que ir a esos servicios.

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